domingo, 4 de noviembre de 2018

Terapia Género-Sensitiva

La Dra. Gioconda Batres expone que la terapia género sensitiva tiene como tema central el reconocimiento de que, para las mujeres, vivir en una sociedad sexista ha tenido un costo en su salud mental y la opresión vivida basada en el género, clase y raza, ha generado muchos de los grandes problemas en la autoestima, autonomía y falta de poder.

La violencia contra la mujer es una cuestión de índole cultura, donde por falta de educación (o por brindar una educación inadecuada) algunas personas creen tener el poder para abusar de los que son menores que ellos. En aquellos países en donde los índices de desarrollo son bajos, el hombre cree tener el poder de abusar contra su propia esposa e hijos, porque son “su propiedad”.

El objetivo de la terapia consiste en empoderar a la mujer, para que ella pueda replantear sus respuestas y de esta manera se reduzcan sus sentimientos de inadecuación. Asimismo, busca explorar los recursos internos de las mujeres y su capacidad de cuidarse y autocurarse. Cuando una mujer es abusada y su abusador se encuentra en su hogar, ella debe salir del hogar si quiere ser sanada, no puede seguir viviendo en el mismo lugar donde es violentada.

Dra. Gioconda Batres

Modelos terapéuticos

Dentro del marco teórico de la psicoterapia, coexisten varios modelos:

Nivel 1: Fundamentos y cosmovisión

La teoría género-sensitiva hace énfasis en que más allá de las técnicas, lo importante es su filosofía. Se enfoca en la experiencia de la víctima, evaluando:

· Procesos para resolver conflictos
· Roles sexuales y roles de poder
· Experiencias discriminatorias
· Factores socioculturales

Nivel 2: Técnicas

Las técnicas son instrumentos que proporcionan e introducen los cambios terapéuticos. Debe tomarse en cuenta que el abuso pudo provocar alguna laguna mental. Corsi (2005) expone que “se corre el riesgo de no responder las necesidades del paciente sino a las exigencias de los terapeutas para incrustar las en su marco teórico”.

En esta terapia suelen utilizarse técnicas de diversos modelos, aunque una de las que han demostrado ser útiles particularmente son las cognitivo-conductuales, el proceso puede darse de forma individual o grupal.

Violencia sexual contra las mujeres, niñas y niños

La violencia contra las mujeres, niñas y niños en el ámbito doméstico está reconocida como un problema mundial significativo. La violación, el abuso sexual, el incesto, la agresión física y el hostigamiento no son problemas distintos y para entenderlos vale la pena comprender cómo es que se interrelacionan. Cuando las víctimas son analizadas, se nota un problema común: generalmente ya han sido afectadas como mínimo una vez por alguna de estas formas de violencia. El impacto provoca cuatro tipos de secuelas:

1. Conductuales auto-destructivas: abuso de sustancias, actividad sexual indiscriminada, prostitución, desórdenes alimenticios o comportamiento suicida.

2. Reacciones a emocionales: depresión, ansiedad, culpa, vergüenza, pesadillas repetidas, exageradas respuestas de temor y algunos sufren largas ausencia de memoria.

3. Problemas de relación: interacciones conflictivas, vacías, superficiales o sexualizadas.

4. Desórdenes físicos: incluyen una variedad de problemas psicosomáticos (dolores de cabeza, problemas o trastornos estomacales o psicosomáticos, dolores de espalda, desórdenes de la piel, entre otros).

Tratamiento para adultas sobrevivientes de violencia sexual

Papel del terapeuta

- Haber recibido entrenamiento en perspectiva de género
- Haber trabajado el tema de poder
- Saber lidiar con su dolor
- Conocer límites y reglas que protegen al sobreviviente
- Aceptar que el incesto y el abuso sexual hacia niños es un delito
- Admitir la validez del trabajo grupal
- Sentirse cómodo para tratar temas como la socialización y discriminación
- Conocer que los valores y normas se pueden transferir al cliente

Es necesario también que el terapeuta experimente sensibilidad ante la discriminación experimentada por otros (niños, ancianos, pobres, discapacitados, grupos étnicos y raciales, personas con distintas orientaciones sexuales). Este proceso de terapia se debe basar en un compromiso por la igualdad entre mujeres y hombres, y en una relación lo más equilibrada posible entre terapeuta y paciente, para ello se debe estar dispuesto a adquirir el compromiso tanto profesional como personal de luchar por un cambio social.

Temas por analizar en el proceso de terapia de género-sensitiva con hombres

1. Asuntos sobre realización personal: los hombres han sido socializados para valorar su realización y medir lo que valen de acuerdo con su producción.

2. La invalidación de la intimidad: los hombres, por razones relacionadas con su socialización, sienten ira o ansiedad con las relaciones íntimas.

3. La expresión de pensamientos íntimos o de sentimientos: le conceden más importancia a los logros que a las relaciones.

4. Expresión de la ira: aunque no todos golpean a sus cónyuges, la mayor parte de ellos canaliza mal el enojo.

5. Capacidad para escuchar: dan órdenes, definen demandas, interrumpen e interrogan fácilmente a los demás, pero están presentes las dificultades para escuchar.

6. Autonutrición y nutrición hacia otras personas: los hombres esperan que la satisfacción de sus necesidades provenga de las mujeres.

7. La pornografía, su análisis en terapia: el 100% de los ofensores sexuales adultos que he tratado leen o ven con frecuencia pornografía. Se cree que aquella predispone al hombre a violar porque: la violación se presenta como un acto sexualmente deseado por las mujeres, se sexualiza la dominación y la sumisión, convierte a la mujer en objeto y refuerza la aceptación del dominio masculino.

8. Sexo coercitivo y sexo consensual: el hombre ha sido socializado para dominar y vencer “la resistencia” de la mujer.

9. El no y la herida masculina: los hombres violentos presentan la queja de que familiares o mujeres los desprecian en forma frecuente y como respuesta, usan el castigo para quienes sienten que los humillan con una respuesta negativa.

10. Solución no coercitiva de problemas: la terapia género-sensitiva promueve la asertividad siempre y cuando estas estrategias no sean utilizadas por el hombre para ser más persuasivamente coercitivo.

11. Creencias relacionadas con las mujeres: la terapia género-sensitiva requiere que exista una reeducación del paciente con respecto a cómo son las mujeres, cuáles son sus deseos y derechos.

12. El poder: la terapia género-sensitiva analiza diversos asuntos sobre poder, sus clases, la coerción, la intimidación, las desigualdades y el género como fuente del poder.

Proceso de recuperación

Herman (1992) y Batres (1997) exponen que las sobrevivientes, como consecuencia del trauma, pierden sus capacidades básicas para la confianza, autonomía, iniciativa, competencia, identidad e intimidad.

Primera etapa ® Seguridad hoy

· Busca obtener el poder y control que perdió al ser traumatizada.
· Promueve mecanismos que le permitan consolidar su seguridad.
· Promueve elementos conductuales y afectivos para manejar el presente.
· Se busca trabajar con la percepción del cuerpo y sus síntomas.
· Se trabaja en el manejo y disminución de efectos postraumáticos.
· Se identifican distorsiones cognitivas y se maneja la crisis depresiva.

Segunda etapa ® Recuerdo y duelo

Consiste en la reconstrucción de la historia traumática y el enfrentamiento de las emociones asociadas. Los significados pueden ser la parte más difícil.

· Durante esta fase la sobreviviente verbaliza lo que permaneció.
· El terapeuta debe comprender la sintomatología dentro del contexto del abuso.
· La paciente debe relatar a detalle el abuso (la sanación mediante la palabra).
· La paciente necesita la seguridad de que sus experiencias recibirán validación.
· La finalización se evidencia cuando la sobreviviente puede fijar su mirar hacia el futuro.

Tercera etapa ® Reintegración y revaloración

Se debe comprender que las etapas no son rígidas en el esquema, es decir, se entrecruzan, reaparecen y desaparecen procesos durante las tres fases.

· En esta etapa las sobrevivientes tienen menos culpa y vergüenza, y valoran sus fortalezas.
· Asumen con más claridad que la responsabilidad del abuso fue del agresor.

Al finalizar construyen un sistema de valores personal que no se basa en el odio sino en la sabiduría que implica procesar el sufrimiento.

El trauma generado por la victimización se encuentra incluido en una estructura social que permite el abuso, la explotación y la subordinación. Este trauma es relacional y se genera cuando una víctima se encuentra sometida y controlada.

REFERENCIAS

Batres, G. (2012). De la disociación a la reconexión. La terapia trifásica género sensitiva: un camino seguro para sobrevivientes de abuso sexual. Buenos Aires, Argentina. Recuperado de: Programa regional de capacitación en violencia de género y trauma